12 de Noviembre natalicio de Sor Juana

Evocación a Sor Juana en su cumpleaños

Sor Juana y Quevedo...todo se puede decir

Las palabras eran perlas con las que podría hacer collares, ladrillos con los que construiría castillos, lodo con el que fabricaría personas...

Sor Juana precursora de la nueva mujer I

La palabra de sor Juana se edifica frente a una prohibición…Su decir nos lleva a lo que no se puede decir...

Sor Juana precursora de la nueva mujer II

Curiosa irredenta, estudiosa del mundo que le tocó vivir, poeta, mujer misterio, fiel a su vocación

Mujeres inconvenientes, sin centavear

Su producción literaria se caracteriza por su sinceridad y fuerza, que alcanzan tonos desconocidos de sus contemporáneos

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1 de mayo de 2014

Sor Juana: Fondos de pantalla

23 de marzo de 2014

Manuel Mancilla: Sor Juana

Sor Juana, óleo sobre lino 44x44 cm. 2010. Colección: Laberintos de piel

Acerca del autor:

Manuel Mancilla 



Contacto en: http://manuelmancilla.com/
                     http://www.flickr.com/photos/87679451@N04/with/8078315550/

7 de diciembre de 2013

Cuento: El infierno de Sor Juana, por Andres Neuman

Este es uno de los 32 cuentos de distinto volumen de "Hacerse el muerto", de Andrés Neuman, en donde ahonda en una ambigüedad entre la risa y la tragedia. 

POR ANDRÉS NEUMAN



La noche en que la conocí, Sor Juana me explicó que todo había sido culpa de la menopausia. Pero la menopausia, objeté con pedantería, es a los cincuenta. Juana me contempló como esos curas que están a punto de castigarte y deciden absolverte. Se me quedo mirando con una sonrisa superior, invitadora, y contestó tranquilamente: tú qué vas a saber de la menopausia de las monjas, guey.

Quince minutos más tarde, Juana pagó las copas. Veintidós minutos más tarde, milagro, encontramos un taxi libre en medio del paseo de la reforma. Cuarenta y tres minutos más tarde, ella brincaba sobre mí, inmovilizándome las muñecas.

Según me confesó, Juana perdió la virginidad con un fraile rubio, una semana antes de abandonar el convento. Para ser más precisos, digamos que perdió la virginidad con seis o siete frailes, no todos ellos rubios, a los treinta y nueve años de edad. Fue, en sus propias palabras, probar apenas uno y quererlos todos, todos, todos. La repetición no es mía, sino de Juana. Así lo contaba ella, con los ojos cerrados y las piernas abiertas.

En cuanto comprendió que nunca más sería digna a los ojos del Señor (cosa que comprendió enseguida), Juana se dejó crecer el cabello, consiguió un trabajo de ayudante en una veterinaria y dedicó todo su tiempo libre (todo, todo, todo) a fornicar con hombres de cualquier edad, raza y religión. El único requisito, según advertía Juana, es que no se enamorasen de ella. Y que se lo prometieran desde el primer día. Yo ya
he estado comprometida con mi Señor, les explicaba (nos explicaba), desde los dieciocho y los treinta y nueve. Y como es imposible aspirar a entregas más altas, ahora quiere sexo, sexo, sexo. Aunque sé que por eso me voy a condenar.

Cualquiera que no se haya acostado con Juana (y reconozcamos que esa posibilidad empieza a ser remota en Ciudad de México) podría desconfiar de semejante frase: “Sé que por eso me voy a condenar”. Y la consideraría quizás una excusa beata. Pero bastaba una sola noche con ella, quizás un breve coito, para comprender hasta qué punto la afirmación de Juana era severa y transparente.

La vida sexual de Juana era mucho más que eso. Que vida, me refiero. Y de no haber sido tan entusiasta, me atrevería a añadir que se trataba justo de lo contrario, de una muerte. Con sus correspondientes, y absolutamente inevitables, resurrecciones carnales. Puedo imaginar los equívocos que esto despertará en las mentes más retorcidas. Extasis espasmódicos. Succiones insondables. Inverosímiles duraciones. Burdas acrobacias. Por Dios, por Dios, por Dios. Lo de Juana era distinto. Llano. Sin posturas incómodas. Sin técnicas orientales. 

Lo de Juana era algo que nuestra civilización casi ha perdido: pura lascivia. Con sus tentaciones irrefrenables, sinceros remordimientos, y reincidencias fatales. Lo increíble era que estos ciclos, que a los demás pueden llevarnos días, meses, años, Juana los resumía en pocos minutos. Intentando una aproximación científica, digamos que la población femenina suele experimentar las fases de excitación, meseta, orgasmo y resolución. Juana en cambio padecía rubor, enajenación, arrepentimiento y recaída. Sin preámbulos. Sin demora. Como una tormenta de verano.

Desde nuestro primer encuentro en su casa, asistí boquiabierto a la liturgia que se repetiría siempre. Juana me desnudaba con brutalidad. Me mordía. Me rechazaba. Se arrancaba la ropa interior y me atraía dentro de ella. Entonces daba comienzo la parte más asombrosa, esa que termina a de capturar mis sentidos y que, de alguna forma, terminó por condenarme: Juana me hablaba. Hablaba, aullaba, rezaba, suplicaba, lloraba, reía, cantaba, daba gracias. Para hacerla ingresar en aquel trance, no hacía falta hazañas físicas de ninguna clase. Sólo había que aceptarla. La recompensa era apabullante. Entre los cientos de obscenidades bíblicas que Juana profería durante el acto, me fascinaban sobre
todo las más simples: “Me fuerzas a pecar, maldito”, “por tu cuerpo ya no tengo perdón”, “me empujas al infierno”, etcétera. Algún escéptico pensará que eran meras exclamaciones de doctrina pero a mí esas cosas me conquistaban. Soy un hombre corriente. No suelo despertar grandes pasiones. Y nunca jamás, entiéndanme, había llevado a nadie hasta el infierno.

Mi tragedia era esta: ¿cómo fornicar después de Juana? ¿Valía la pena salir de las voluptuosas llamas del Averno para acomodarse en las blanduras de un colchón cualquiera? Con ella, cada vez era un acontecimiento. Un placer deplorable. Un acto de maldad trascedente. Con las demás mujeres, el sexo era apenas sexo. Desde que conocí a Juana mis amantes esporádicas, especialmente las progresistas, me parecían tibias, previsibles, de una normalidad desesperante. Lo que hacíamos juntos no era terrible, ni atroz, ni imperdonable. Al tocarnos, ninguno de los dos perdía sus principios. Fingíamos encontrarnos para cenar.

Bromeábamos con cortesía. Nos aburríamos gratamente. Con el tiempo fui pasando de la apatía a la fobia, y llegué a detestar los gestos vacíos que intercambiaba con mis compañeras. Los comienzos precavidos. Las pequeñas contracciones. Los grititos moderados. Ya no sabía estar con nadie, nadie, nadie. La última noche que pasé en casa de Juana, ella estaba vestida como de costumbre: falda ancha y zapatos viejos. Sin peinar. Sin maquillarse. Y con la carne erizada. Cuando se arrancó la ropa y contemplé de nuevo su sexo velludo, no pude evitar besarla y
susurrarle al oído: estoy enamorado, Juana. Ella cerró los muslos de inmediato. Se ovilló en el sofá, alzó el mentón y dijo: entonces vete. Me lo dijo tan seria que ni siquiera tuve fuerzas para insistir. Además, era yo quien había incumplido su promesa. Me vestí avergonzado. Mientras cruzaba la salita poblada de crucifijos y vírgenes, oí que Juana me chistaba. Me volví esperanzado. La vi acercarse desnuda. Caminaba rápido. Se
notaba que tenía los píes fríos. Me miró a los ojos con una mezcla de rencor y compasión. No se puede ir al infierno por amor, me dijo.

Después, se apagó la luz.

Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/ficcion/Hacerse-muerto-Andres-Neuman-Sor-Juana_0_1036696531.html

  • Revista de Cultura online: Clarín.com



































  • LITERATURA
  • Ficción
  • 26/11/13 - 09:22

9 de noviembre de 2013

Toma de hábito de Sor Juana Inés de la Cruz

Toma de hábito de Sor Juana Inés de la Cruz, 
Óleo sobre tela. Juan Urrichi, 1876, MUNAL, INBA 

Fuente: http://misteriospublicos.blogspot.mx/2010/01/juana-ines-de-asbaje.html

16 de septiembre de 2013

Mural: Sor Juana, Creación y Creenza.

Sor Juana, Creación y Creenza.
(Relata la vida y la producción literaria de Sor Juana)


Acerca del autor:








El pintor Julio Carrasco Bretón es uno de los pocos muralistas mexicanos que siguen con vida. 
Durante sus más de 35 años de carrera artística ha pintado más de 50 murales que actualmente se exhiben en distintas partes de México, Canadá, Cuba, Costa Rica, Francia, Bulgaria. Argentina, Ecuador, España y Suiza. 
Debido a que tuvo una formación científica y filosófica, los temas de sus murales suelen relacionarse con la ciencia, la ecología, la tecnología y la historia, aunque también ha llegado a abordar cuestiones mitológicas. 
Es conocido por haber desarrollado una técnica apodada como "murales en taco", que permite pintar en paneles que son enrollables y transportables y pueden ser armados fácilmente

Texto por: Edna Zúñiga  25 de Junio, 2013 |
Fuente:  http://de10.com.mx/top10/2013/los-murales-mas-famosos-de-julio-carrasco-breton-16764.html

7 de septiembre de 2013

El valor de las amas de casa, del gasto familiar a pucheros, escobas y poesías.


poetas
Sor Juana Inés de la Cruz y la Crianza

25 de agosto de 2013

Testamento de Sor Juana es clave para entender su vida


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La poetisa decidió donarse entera a Dios, al entregar la ganancia de la venta de su amada biblioteca a los necesitados.

  • El hallazgo coincidió con el 360 aniversario del natalicio de la Décima Musa
  • Investigador asegura que pólemico hallazgo devela su religiosidad y verdaderos deseos
CIUDAD DE MÉXICO (29/DIC/2011).-  El hallazgo del testamento del sacerdote José de Lombeyda Ward, que data del 15 de junio de 1695, en el que se establece que la llamada 'Décima Musa', Sor Juana Inés de la Cruz, dona su biblioteca para ser vendida y obtener recursos para los más necesitados, representa un documento clave para entender la vida de la monja jerónima.  

El biógrafo y maestro en Letras, Alejandro Soriano Valles, afirma que el dato encontrado a principios del presente año en el Archivo General de la Nación, no es menor, ya que hasta hace pocos años se creía que la poeta había sido obligada, por la jerarquía católica, a deshacerse de su bien más preciado: su biblioteca.  

En su artículo 'Sor Juana y sus libros. Un polémico hallazgo documental', publicado en el número más reciente de la revista 'Relatos e Historias de México', el también ensayista y crítico literario afirma que el testamento confirma tanto la religiosidad de Sor Juana, como su luminosa actividad intelectual.  

Aunque todavía hay mucho por averiguar, advirtió, se sabe que Lombeyda fue un amigo que acompañó a la también llamada 'Fénix de México', a lo largo de buena parte de su vida. Fue elegido como agente para la venta de sus preciosos libros y estuvo ligado a ella en momentos cardinales.  

Un ejemplo, dijo, fue cuando las jerónimas la aceptaron como monja profesa, don José fue uno de los otorgantes de la toma de hábito y bendición el 8 de febrero de 1668 y un año después testificó en su testamento.

El hallazgo coincidió con el 360 aniversario del natalicio de Sor Juana, y por tanto, expresó el especialista, ha resultado venturosa su aparición, pues no permite dudas sobre el destino de la biblioteca de la Décima Musa.

'Este papel confirma lo que (Diego) Calleja (jesuita que escribió su primera biografía) y (Juan Ignacio María de) Castorena (considerado el primer periodista mexicano) atestiguaron', advirtió.

Calleja y Castorena, apuntó, certifican que los donó para 'enajenarse evangélicamente de sí misma' y 'dar de limosna hasta su entendimiento en la venta de sus libros, su precio puso en el erario de los pobres, las benditas manos de su prelado, el esclarecido señor doctor don Francisco de Aguiar y Seijas, dignísimo arzobispo de México', según testimonio del primero.

En aquel tiempo, agregó, México sufría inundaciones y carestías, de forma que la poetisa decidió donarse entera a Dios, al entregar la ganancia de la venta de su amada biblioteca -que era grande- a los necesitados.

Sor Juana, La Malinche y Frida: la trinidad del alma mexicana

  • El escritor Américo Larralden presenta ''El eclipse del Sueño de Sor Juana''
  • En su libro, el investigador mexicano presenta una faceta de Sor Juana que no se había observado hasta ahora: con grandes conocimientos de astrología y astronomía




CIUDAD DE MÉXICO (23/FEB/2012).- La poetisa Sor Juana Inés de la Cruz, junto con la intérprete de Hernán Cortés, La Malinche, y la pintora Frida Kahlo, son la "trinidad del alma mexicana", declaró hoy a Efe el escritor Américo Larralde.

"Creo que, junto con la Malinche y Frida Kahlo, Sor Juana constituye la trinidad de nuestra alma mexicana, 'la tres veces hermosa (que) / con tres hermosos rostros ser ostenta'", dijo Larralde al comentar su libro "El eclipse del Sueño de Sor Juana" (Fondo de Cultura Económica 2011).

En su libro, el investigador mexicano presenta una faceta de Sor Juana que no se había observado hasta ahora, "una Sor Juana con los suficientes conocimientos de astrología y astronomía como para estructurar con base en ellos lo que ella considera su mejor obra, la única que por su gusto hizo: Primero Sueño". 

Sor Juana (1648-1695) nació en Nepantla y creció en Amecameca, a las faldas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, comenzó a leer a los 3 años y desde entonces demostró un ansia "desmedida" por aprender de manera autodidacta, debido a que las universidades estaban vedadas para las mujeres en esa época.

Además, desde pequeña desarrolló una gran capacidad para escribir poesía, que la llevó a ser muy reconocida y calificada como "la Fénix de América" y "la Décima Musa" en los círculos intelectuales de la Nueva España, y más tarde en todo el mundo hispánico. 

Larralde aseguró que la poesía de Sor Juana sigue cautivando a las nuevas generaciones, en particular "sus sonetos amorosos debido a la belleza y pasión de sus versos de amor, 'el lirismo arrebatado', como dijera don Alfonso Reyes". 

También atraen "su denodada defensa de la libertad de pensar, aun contra toda autoridad (...), su alta poesía intelectual y su insaciable deseo de conocimiento arriesgándolo todo en el empeño, y su carácter juguetón y travieso que aligera festivamente tantas ensaladas, jácaras y villancicos".

El escritor consideró que tres siglos después de la muerte de Sor Juana, su obra y personalidad continúan generando nuevos estudios, ensayos, análisis, homenajes y reuniones académicas, debido a que fue la máxima poeta de México y la enciclopedista renacentista más importante de todos los tiempos. 

Asimismo, destacó que fue una mujer que desafió a toda la sociedad patriarcal de su tiempo y rompió los esquemas machistas y misóginos de los últimos 10 mil años, y que sin más recursos que su inteligencia y su voluntad asimiló todo el conocimiento de su época.

Agregó que se ha puesto en duda considerar a Sor Juana como una "mística religiosa", pero aclaró que en su poema favorito, Primero Sueño, "al ascender su alma en un salto intuitivo hacia la Causa Primera, expresa lo inefable de la unión del alma individual con 'el Alto Ser', con una bella metáfora de indudable corte místico:

'La cual (el alma), en tanto, toda convertida
a su inmaterial ser y esencia bella, aquella
contemplaba, participada de alto Ser, centella
que con similitud en sí gozaba'".

Larralde aseguró que estos versos pertenecen a "la gran tradición de los místicos de todas las religiones, que con metáforas parecidas han expresado su anhelo, o inclusive la experiencia de ser Uno con el Amado, El Altísimo Dios".

Añadió que Sor Juana comparte la visión teológica de Nicolás de Cusa sobre el Universo y Dios.

"Así, nos lo dice la propia poeta, su universo no es el cerrado mundo ptolemaico, sino el universo infinito de Nicolás de Cusa y de Giordano Bruno, donde la Tierra es uno de los infinitos centros de un universo cuya circunferencia no está en ninguna parte", abundó.

En su libro, Larralde recuerda que Sor Juana sabía de astrología y que Primero Sueño fue escrito a partir de un eclipse lunar "sobre el cielo estrellado en movimiento de la Ciudad de México, la noche del solsticio de invierno de 1684 y el amanecer del siguiente día".

El lenguaje astrológico, "tan difundido en el siglo XVII en la Nueva España, actualmente ha caído en desuso en los medios académicos", apuntó.

Fuente: http://www.informador.com.mx/cultura/2012/359288/6/sor-juana-la-malinche-y-frida-la-trinidad-del-alma-mexicana.htm?utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter&utm_campaign=Feed%3A+informador-cultura+%28El+Informador+-+Noticias+de+Cultura%29

Sor Juana y un ejercicio de agudeza extrema


Sor JuanaEn una época donde parecen no existir nuevos lenguajes literarios en la poesía, donde “lo nuevo” es simplemente un slogan y los procedimientos de construcción navegan en las aguas de lo literal, quizá Sor Juana, a través de un ejercicio de agudeza extrema, pueda recordarnos que la poesía es, ante todo, la exploración de las posibilidades significativas del lenguaje. Un texto de Alí Calderón.



Sor Juana y un ejercicio de agudeza extrema

Durante el siglo XVII, la poética de la agudeza fue piedra de toque de las preceptivas literarias. Y lo era porque, fundamentalmente, constituía una toda una visión de mundo. El italiano Emmanuele Tesauro, por ejemplo, pensaba que la agudeza del hombre no es sino un reflejo de la agudeza de la naturaleza y de Dios mismo. Escribe: “los Ángeles mismos, la naturaleza, el gran Dios, al conversar con los hombres, han expresado sus agudezas, verbales o simbólicas, sus más intrincados e importantes secretos”. Así, según la concepción que se fue formando en los Siglos de Oro, la agudeza, en palabras de Joao Adolfo Hansen,

resulta de la sindéresis prendida en el alma del acto perceptivo y en el acto intelectivo del juicio. Como un silogismo retórico o entimema, la agudeza desdobla sensiblemente, en el espacio y en el tiempo, la calidad ético-teológica de la participación de su observador en la Luz divina. Dicho de otro modo, el decoro retórico de los estilos agudos materializa el decoro ético del juicio que los produce.

  De esta manera, el poeta que emplea agudezas, de algún modo, participa o muestra o hace visible a los ojos de sus lectores la acción creadora de Dios. El propio Hansen abunda:

Por primer postulado, la representación colonial presupone el carácter universal del disegno en la mente humana. El disegno es, en el juego de palabras italiano, segno de Dio, signo de dios, designio de la presencia de la luz natural de la Gracia que actúa amorosamente en la naturaleza y en la historia. Las preceptivas italianas y españolas que circularon en las colonias portuguesas tratan justamente de la posibilidad de haver visible el diseño mental de la Luz en recetas de agudezas, como es en el caso de las “25 cautelas para uso de las agudezas” de Peregrini; “de los teoremas prácticos” articulados a las diez categorías aristotélicas, de Tesauro; o de las “Crisis” de Gracián.

En literatura, la agudeza (lo que luego habría de identificarse con “ser conceptuoso”) consistía en la capacidad del poeta para aproximar, unir o lograr la identidad de dos términos o ideas aparentemente lejanas, inconexas e irreconciliables. Más tarde Mijail Lomonosov afirmará que el secreto de la literatura es conjugar ideas lejanas. En un metalenguaje actual, la agudeza da cuenta de manejos retóricos ligados fundamentalmente a los metasememas y a los metalogismos, es decir, a operaciones que alteran el plano de la forma del contenido aunque las tradicionalmente llamadas “figuras de construcción”, identificadas con las operaciones de metaplasmo y metataxis, no quedan excluidas de su sistema. A final de cuentas,  según mi perspectiva, la agudeza es un intento por alejarse de la transparencia del lenguaje, de su grado cero, una organización retórica con la intencionalidad estética de develar o sugerir una semejanza o nexo significativo entre dos o más términos o niveles de lectura o planos lingüísticos (expresión y contenido a través de la ley de la isomorfía) para generar discursos poco predecibles, sorpresivos, y fundamentalmente plurisémicos o polisémicos. De ese modo, la agudeza no es sino una manera de actuar por parte del poeta que asegura la eficacia en los rubros que dan cuenta de la calidad literaria de una obra: la autorreflexividad y la multiplicidad interpretativa.
            Sor Juana podría servirnos como ejemplo claro del empleo de un tipo muy particular de agudeza, más allá de los artificios comunes de construcción y que, aún hoy, podría arrojar luz para encontrar un nuevo lenguaje literario. Me referiré a uno de sus cinco sonetos burlescos, “Aunque eres Teresilla tan muchacha”, uno de esos poemas en los que, según Méndez Plancarte, se muestra esa “sal picaresca y aún demasiado gruesa” de la monja jerónima:

Aunque eres, Teresilla, tan muchacha,
le das quehacer al pobre de Camacho,
porque dará tu disimulo un chacho
a aquél que se pintare más sin tacha.

De los empleos que tu amor despacha
anda el triste cargado como un macho,
 y tiene tan crecido ya el penacho
que ya no puede entrar si no se agacha

Estás a hacerle burlas ya tan ducha,
y a salir de ellas bien estás tan hecha,
que de lo que tu vientre desembucha

sabes darle a entender, cuando sospecha,
que has hecho, por hacer su hacienda mucha,
de ajena siembra, suya la cosecha.

El poema es bastante claro. Se advierte en él, como dice Lazarte, “la mezcla de la imitación clásica con la voz popular”. La altísima estimación del ingenio y la búsqueda rococó de la agudeza son de raigambre culta mientras el pie forzado, la temática, los giros lingüísticos son de índole evidentemente popular. La monja emplea la desproporción para generar el efecto de lo ridículo, antesala de la comicidad. Teresilla se burla una y otra vez de Camacho, su marido. La infidelidad ha llegado a niveles increíbles de cinismo. Este es el punto en que sor Juana entiende que las distintas aristas de la agudeza potencian el efecto polisémico del poema. Me llama la atención particularmente el asunto de los nombres propios en el texto. ¿Por qué llamar a los personajes Camacho y Teresilla? ¿Carece de relevancia este procedimiento? ¿La asignación de un nombre a los personajes del discurso habrá sido dejada al azar, impulsada por la ingenuidad, por el mero capricho?
Pienso que no.
En su Respuesta a Sor Filotea, Sor Juana demuestra conocer sobradamente la preceptiva de Baltasar Gracián. En algún momento, el jesuita aragonés escribió que “siempre el nombre fue origen de grandes conceptos”. Por ello, no resulta extraño que los nombres de Camacho y Teresilla presenten un carácter simbólico, que estén dotados de semas o rasgos distintivos que abren nuevas posibilidades significativas. Según los diccionarios etimológicos de Gutierre Tibón, el apellido Camacho deriva de Gama “femenino de Gamo, latín gammmus […] animal semejante al corzo”. Este animal desarrolla una pequeña cornamenta de la misma manera en que el hombre burlado del soneto un penacho. ¿Casualidad? Seguramente no. Igualmente interesante resulta la observación de que una de las acepciones de “Teresa” sea “la cosechadora” y que el soneto se concluya precisamente con esa idea. De este modo, la relación de semejanza entre el nombre de los personajes del poema y su rol o participación en él, con su respectivo toque de mordacidad, da cuenta de un extraordinario y poco habitual ejercicio de agudeza.

Círculo de Poesía - Revista electrónica de literatura
Aviso: Los comentarios son responsabilidad de sus autores. 
No necesariamente representan la opinión del Círculo de Poesía.
Círculo de Poesía. Revista electrónica de literatura. Año 3, semana 46, noviembre, 2012 Publicación semanal editada por Territorio Poético A.C. Azabache 136-A Lomas del Mármol, Puebla, Pue. C.P. 72574. www.circulodepoesia.com Editor responsable: Alí Calderón.

Revista Algarabía: Los amores de Sor Juana


Los amores de Sor Juana


Los amores de Sor Juana
Mis amores, de paseo por las calles del Centro de esta ciudad he escuchado a los corrillos murmurar fuertes declaraciones acerca de dos personajes imprescindibles de ella: la virreina María Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, y la famosa monja poeta, Sor Juana Inés de la Cruz.
Nueva España, 1686
Hace ya seis años que la condesa llegó a la Nueva España acompañando a su marido, el virrey Antonio de la Cerda, y una de las primeras cosas que leyó fue la poesía de sor Juana, que admiró antes de conocerla personalmente.
Desde que las presentaron, poetisa y virreina se cayeron bien y se hicieron muy amigas. Doña María Luisa, quien por cierto, es una mujer bellísima, empezó a visitar con frecuencia el convento de San Jerónimo, donde Sor Juana tiene una enorme celda llena de libros —se dice que son cuatro mil volúmenes— e instrumentos de medición.
Los últimos seis años han sido muy productivos para la monja escritora, quien tal vez se ha sentido muy inspirada a escribir gracias a la influencia de su amiguita la marquesa. Pero Sor Juana escribe unos versos que han escandalizado bastante a la timorata sociedad novohispana. En ellos, describe de forma por demás erótica las características físicas de María Luisa Manrique de Lara. Juana de Asbaje no para de admirar los ojos, los brazos, la boca, el cuello y… otras partes de la anatomía de la condesa, además de sus bellezas espirituales y demás dones que, según Juanita, posee la virreina.
Obviamente, luego de leer los apasionados poemas donde sor Juana le jura a doña María Luisa que la adora y la venera, la gente no deja de hablar, dicen que la monja le ha regalado a su «amiga» un anillo y un retrato suyo, que la Manrique conserva como sus bienes más preciados. ¿Será que estas dos andan? Yo no sé, es muy su vida, pero lo cierto es que me enteré de una noticia que a sor Juana le va a caer como balde de agua helada, y es que el rey de España acaba de nombrar un nuevo virrey, por lo que don Antonio de la Cerda deberá regresar a la Madre Patria en compañía de su bella mujercita. ¿Qué será de la monja poeta sin su noviecita? Ay, no quiero ni pensarlo…
Au revoir!
Revista Algarabía

6 de agosto de 2013

Sor Juana, "Cazadora de Musas"

El autor relata:

Hace unos meses, un amigo estaba bromeando  respecto a nuestra clase de literatura novohispana, y de cómo Sor Juana había viajado en el tiempo para matar a las musas griegas y quitarles sus poderes para que eventualmente la llamaran la Décima Musa. 
Como le había prometido un dibujo a este hombre, por que me regaló muchos dulces por navidad... aquí está lamento que tenga tantos errores, pero como dije, lo inicié hace varios meses y ya quería terminarlo de una vez por todas XD


:iconlimstellalebrun:

Sor Juana, en el mural "Canta y no llores"


Acerca de la obra:

"Este es un encargo exclusivo para el reataurant de Comida Mexicana Pop de amigos: "DOÑA PAPA". La ilustración es para un mural con personajes de México como Sor Juana, Frida, Cantinflas, María Félix, El Santo, Kaliman, José Alfredo y más cantando alegres a las penas en la cantina tomando un buen tequila." - El autor de la obra en 
deviantart.com

Autor: Garguile
Disponible en :http://garguile.deviantart.com/gallery/?catpath=scraps

:icongarguile:

2 de agosto de 2013

La "Varita de Sor Juana"


Hecha de madera de manzano, tibetano negro, cristal de cuarzo punto, esfera de cristal de cuarzo, amonita fósil, y  placa de cobre.


La ausencia en los ojos, la presencia en los lejos



Me acerco y me retiro:
¿quién sino yo hallar puedo
a la ausencia en los ojos
la presencia en los lejos?
Extracto de: Me acerco y me retiro
Sor Juana Inés de la Cruz
12 de noviembre de 1651 – 17 de abril de 1695

Revista Letras Libres: Sor Juana, contadora

El convento de San Jerónimo administraba edificios y prestaba dinero. Sor Juana, a la par que escribía la poesía más notable de su tiempo, fue ahí contadora. Álvaro Enrigue descubre cómo el lenguaje mercantil enriqueció sus poemas.
Mayo 2013 | Tags: 

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