12 de Noviembre natalicio de Sor Juana

Evocación a Sor Juana en su cumpleaños

Sor Juana y Quevedo...todo se puede decir

Las palabras eran perlas con las que podría hacer collares, ladrillos con los que construiría castillos, lodo con el que fabricaría personas...

Sor Juana precursora de la nueva mujer I

La palabra de sor Juana se edifica frente a una prohibición…Su decir nos lleva a lo que no se puede decir...

Sor Juana precursora de la nueva mujer II

Curiosa irredenta, estudiosa del mundo que le tocó vivir, poeta, mujer misterio, fiel a su vocación

Mujeres inconvenientes, sin centavear

Su producción literaria se caracteriza por su sinceridad y fuerza, que alcanzan tonos desconocidos de sus contemporáneos

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25 de agosto de 2013

Sor Juana y un ejercicio de agudeza extrema


Sor JuanaEn una época donde parecen no existir nuevos lenguajes literarios en la poesía, donde “lo nuevo” es simplemente un slogan y los procedimientos de construcción navegan en las aguas de lo literal, quizá Sor Juana, a través de un ejercicio de agudeza extrema, pueda recordarnos que la poesía es, ante todo, la exploración de las posibilidades significativas del lenguaje. Un texto de Alí Calderón.



Sor Juana y un ejercicio de agudeza extrema

Durante el siglo XVII, la poética de la agudeza fue piedra de toque de las preceptivas literarias. Y lo era porque, fundamentalmente, constituía una toda una visión de mundo. El italiano Emmanuele Tesauro, por ejemplo, pensaba que la agudeza del hombre no es sino un reflejo de la agudeza de la naturaleza y de Dios mismo. Escribe: “los Ángeles mismos, la naturaleza, el gran Dios, al conversar con los hombres, han expresado sus agudezas, verbales o simbólicas, sus más intrincados e importantes secretos”. Así, según la concepción que se fue formando en los Siglos de Oro, la agudeza, en palabras de Joao Adolfo Hansen,

resulta de la sindéresis prendida en el alma del acto perceptivo y en el acto intelectivo del juicio. Como un silogismo retórico o entimema, la agudeza desdobla sensiblemente, en el espacio y en el tiempo, la calidad ético-teológica de la participación de su observador en la Luz divina. Dicho de otro modo, el decoro retórico de los estilos agudos materializa el decoro ético del juicio que los produce.

  De esta manera, el poeta que emplea agudezas, de algún modo, participa o muestra o hace visible a los ojos de sus lectores la acción creadora de Dios. El propio Hansen abunda:

Por primer postulado, la representación colonial presupone el carácter universal del disegno en la mente humana. El disegno es, en el juego de palabras italiano, segno de Dio, signo de dios, designio de la presencia de la luz natural de la Gracia que actúa amorosamente en la naturaleza y en la historia. Las preceptivas italianas y españolas que circularon en las colonias portuguesas tratan justamente de la posibilidad de haver visible el diseño mental de la Luz en recetas de agudezas, como es en el caso de las “25 cautelas para uso de las agudezas” de Peregrini; “de los teoremas prácticos” articulados a las diez categorías aristotélicas, de Tesauro; o de las “Crisis” de Gracián.

En literatura, la agudeza (lo que luego habría de identificarse con “ser conceptuoso”) consistía en la capacidad del poeta para aproximar, unir o lograr la identidad de dos términos o ideas aparentemente lejanas, inconexas e irreconciliables. Más tarde Mijail Lomonosov afirmará que el secreto de la literatura es conjugar ideas lejanas. En un metalenguaje actual, la agudeza da cuenta de manejos retóricos ligados fundamentalmente a los metasememas y a los metalogismos, es decir, a operaciones que alteran el plano de la forma del contenido aunque las tradicionalmente llamadas “figuras de construcción”, identificadas con las operaciones de metaplasmo y metataxis, no quedan excluidas de su sistema. A final de cuentas,  según mi perspectiva, la agudeza es un intento por alejarse de la transparencia del lenguaje, de su grado cero, una organización retórica con la intencionalidad estética de develar o sugerir una semejanza o nexo significativo entre dos o más términos o niveles de lectura o planos lingüísticos (expresión y contenido a través de la ley de la isomorfía) para generar discursos poco predecibles, sorpresivos, y fundamentalmente plurisémicos o polisémicos. De ese modo, la agudeza no es sino una manera de actuar por parte del poeta que asegura la eficacia en los rubros que dan cuenta de la calidad literaria de una obra: la autorreflexividad y la multiplicidad interpretativa.
            Sor Juana podría servirnos como ejemplo claro del empleo de un tipo muy particular de agudeza, más allá de los artificios comunes de construcción y que, aún hoy, podría arrojar luz para encontrar un nuevo lenguaje literario. Me referiré a uno de sus cinco sonetos burlescos, “Aunque eres Teresilla tan muchacha”, uno de esos poemas en los que, según Méndez Plancarte, se muestra esa “sal picaresca y aún demasiado gruesa” de la monja jerónima:

Aunque eres, Teresilla, tan muchacha,
le das quehacer al pobre de Camacho,
porque dará tu disimulo un chacho
a aquél que se pintare más sin tacha.

De los empleos que tu amor despacha
anda el triste cargado como un macho,
 y tiene tan crecido ya el penacho
que ya no puede entrar si no se agacha

Estás a hacerle burlas ya tan ducha,
y a salir de ellas bien estás tan hecha,
que de lo que tu vientre desembucha

sabes darle a entender, cuando sospecha,
que has hecho, por hacer su hacienda mucha,
de ajena siembra, suya la cosecha.

El poema es bastante claro. Se advierte en él, como dice Lazarte, “la mezcla de la imitación clásica con la voz popular”. La altísima estimación del ingenio y la búsqueda rococó de la agudeza son de raigambre culta mientras el pie forzado, la temática, los giros lingüísticos son de índole evidentemente popular. La monja emplea la desproporción para generar el efecto de lo ridículo, antesala de la comicidad. Teresilla se burla una y otra vez de Camacho, su marido. La infidelidad ha llegado a niveles increíbles de cinismo. Este es el punto en que sor Juana entiende que las distintas aristas de la agudeza potencian el efecto polisémico del poema. Me llama la atención particularmente el asunto de los nombres propios en el texto. ¿Por qué llamar a los personajes Camacho y Teresilla? ¿Carece de relevancia este procedimiento? ¿La asignación de un nombre a los personajes del discurso habrá sido dejada al azar, impulsada por la ingenuidad, por el mero capricho?
Pienso que no.
En su Respuesta a Sor Filotea, Sor Juana demuestra conocer sobradamente la preceptiva de Baltasar Gracián. En algún momento, el jesuita aragonés escribió que “siempre el nombre fue origen de grandes conceptos”. Por ello, no resulta extraño que los nombres de Camacho y Teresilla presenten un carácter simbólico, que estén dotados de semas o rasgos distintivos que abren nuevas posibilidades significativas. Según los diccionarios etimológicos de Gutierre Tibón, el apellido Camacho deriva de Gama “femenino de Gamo, latín gammmus […] animal semejante al corzo”. Este animal desarrolla una pequeña cornamenta de la misma manera en que el hombre burlado del soneto un penacho. ¿Casualidad? Seguramente no. Igualmente interesante resulta la observación de que una de las acepciones de “Teresa” sea “la cosechadora” y que el soneto se concluya precisamente con esa idea. De este modo, la relación de semejanza entre el nombre de los personajes del poema y su rol o participación en él, con su respectivo toque de mordacidad, da cuenta de un extraordinario y poco habitual ejercicio de agudeza.

Círculo de Poesía - Revista electrónica de literatura
Aviso: Los comentarios son responsabilidad de sus autores. 
No necesariamente representan la opinión del Círculo de Poesía.
Círculo de Poesía. Revista electrónica de literatura. Año 3, semana 46, noviembre, 2012 Publicación semanal editada por Territorio Poético A.C. Azabache 136-A Lomas del Mármol, Puebla, Pue. C.P. 72574. www.circulodepoesia.com Editor responsable: Alí Calderón.

30 de marzo de 2013

Los sueños, ¿sueños son?


Sor Juana inspiró a feminismo británico y EEUU desde hace dos siglos, experta


Sor Juana inspiró a feminismo británico y EEUU desde hace dos siglos, experta
28/05/2011 12:16 | lainformacion.mx
México.- La vida y obra literaria de la poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, cuyos textos fueron analizados y publicados desde hace dos siglos en Londres y Nueva York, inspiraron a feministas británicos y estadounidenses, aseguró hoy a Efe la investigadora Sara Pott Herrera.


México.- La vida y obra literaria de la poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, cuyos textos fueron analizados y publicados desde hace dos siglos en Londres y Nueva York, inspiraron a feministas británicos y estadounidenses, aseguró hoy a Efe la investigadora Sara Pott Herrera.
La especialista dio a conocer en entrevista con Efe el hallazgo de textos ahora desconocidos que recorrieron las revistas y libros editados por grupos de pensamiento avanzado tanto en Inglaterra como en Estados Unidos desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, "aspecto desconocido en los estudios de la monja jerónima".
Pott Herrera indicó que los dos tomos del libro "Sor Juana a través de los siglos", de Antonio Alatorre, que recoge la mayoría de análisis y comentarios en torno a la poeta, solo incluyen una nota de un libro estadounidense del siglo XIX.
La especialista de la Universidad de California recordó que hace dos siglos se criticó en México la obra de Sor Juana como poesías sin valor por su lenguaje barroco y se le condenó al olvido.
No obstante, destacó que en ese mismo tiempo los intelectuales ingleses y estadounidenses elogiaron su calidad literaria y sus posiciones de avanzada en defensa de los derechos y la libertad de las mujeres.
Recordó que la primera de estas notas en inglés fue dada a conocer por el especialista Enrique Martínez López, quien en una ponencia en 2005 comentó una biografía de Sor Juana publicada en 1823 en The New-York Mirror Ladies' Literary Gazette, publicación que cohesionaba a un numeroso grupo de intelectuales liberales.
Este semanario, que apareció de 1823 a 1830, publicó artículos de Walt Whitman, Edgar Alan Poe y otros, y sus editores pertenecían a una corriente literaria conocida como Knickerbooker School, que pretendían convertir a Nueva York en el centro literario de ese país.
"La vida y la obra de Sor Juana fueron motivo de atención en otros círculos; los de aquí, en la intelectualidad de fines del siglo XVIII y fines del XIX en Londres, Nueva York, Boston y Filadelfia", explicó.
Poot Herrera indicó que esa nota le sirvió para indagar desde cuándo se conocía a Sor Juana en Estados Unidos, y encontró que la misma información se había publicado en otras revistas a principios del siglo XIX y en la segunda mitad del siglo XVIII.
Señaló que se trató de "una investigación casi detectivesca".
Explicó que esta misma nota fue encontrada en 1819 en la revista Ladies' Literary Cabinet, en donde aparece también traducidas al ingles las redondillas de Sor Juana "Hombres necios que acusais a la mujer sin razón...".
La especialista mexicana encontró esta misma publicación en 1803 en uno de los libros de la feminista y novelista inglesa Mary Hays, quien fue gran amiga de la defensora de los derechos de la mujer Mary Wllstonecraft, autora del libro "A vindication of the rihts o women", de 1792.
Pero Poot Herrera agrega que la divulgación de Sor Juana no comenzó con Hays, sino que viene de antes, pues su biografía fue publicada en el libro "Apuntes de la historia, el genio, la disposición, los logros, los empleos, las costumbres, virtudes y vicios, del bello sexo, en todas las partes del mundo".
El mismo fue publicado en 1790 y su autor firmó como "un amigo de las mujeres", por lo que se atribuye a John Adams.
En esta obra también se incluye una traducción del poema "hombres necios... ".
No obstante, los mismos textos aparecen en un libro anterior titulado "Philosophical Historical and moral essay on old Maids", cuya primera edición fue en 1785 y que aparece hasta ahora como la primera fuente de las ediciones inglesas de notas biográficas sobre Sor Juana.
"Llama la atención ver que Sor Juana atrae el interés compartido de grupos intelectuales de ambos países, quienes la descubrieron y leyeron todo lo que se había dicho de ella y la valoraron como se valora ahora", indicó la investigadora.
Además se confirma que el feminismo inglés y estadounidense tuvieron un impulso en las obras de la monja jerónima.
La experta añadió que esa es una pequeña muestra, pero que aún existen otras publicaciones sobre Sor Juana que esperan ser redescubiertas.

(Agencia EFE)
Fuente:LA INFORMACION. COM, Véase:  http://noticias.mexico.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/artes-general/sor-juana-inspiro-a-feminismo-britanico-y-eeuu-desde-hace-dos-siglos-experta_oWW2E8O0xAuWmAxNCd6c3/

Revista Letras Libres: Lo jerónimo en Sor Juana


Por Gabriel Zaid

Revista: Letras Libres
Septiembre 2011 | 

Para ofrendar su vida a las letras, Sor Juana decidió refugiarse en un convento. En esta entrega, Gabriel Zaid vierte luz sobre las razones  que llevaron a la Décima Musa a elegir la orden jerónima, decisión que explica el tenor de su vida y obra enteras.
 Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695) tuvo una madre soltera, analfabeta y empresaria que tomó a su cargo la hacienda manejada por su padre, un buen lector cuya biblioteca despertó en la nieta el apetito de leer.
Su inteligencia asombraba a todos y molestaba a algunos, como el necio que se atrevió a ofenderla con un epigrama sobre su origen familiar. Ella reviró con otro, “tan sangriento que nos duele en Sor Juana” –dice el padre Alfonso Méndez Plancarte, compilador de susObras completas. Fue una mentada de madre feroz, dos redondillas “que dan el colirio merecido a un soberbio”:


       El no ser de padre honrado
       fuera defecto, a mi ver,
       si como recibí el ser
       de él, se lo hubiera yo dado.

       Más piadosa fue tu madre,
       que hizo que a muchos sucedas
       para que, entre tantos, puedas
        tomar el que más te cuadre.



Con igual desenvoltura, pero sin motivos personales, escribió un
soneto respondiendo al desafío retórico de rimarlo en che:

 Aunque eres, Teresilla, tan muchacha,
le das que hacer al pobre de Camacho,
porque dará tu disimulo un chacho
a aquel que se pintare más sin tacha.

 De los empleos que tu amor despacha
anda el triste cargado como un macho,
y tiene tan crecido ya el penacho
que ya no puede entrar si no se agacha.

 Estás a hacerle burlas ya tan ducha
y a salir de ellas bien estás tan hecha
que de lo que tu vientre desembucha

 sabes darle a entender, cuando sospecha,
que has hecho, por hacer su haciendamucha,
de ajena siembra, suya la cosecha.

No era propio de una mujer, y menos de una monja, escribir así. Y, precisamente por eso –dice Antonio Alatorre en “Sor Juana y los hombres”– escribió este soneto digno de Quevedo: para demostrar que no era menos que los hombres. Octavio Paz, en Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, había hecho esa comparación y subrayado algo importante: Ni estos ni otros poemas satíricos de Sor Juana fueron póstumos. Están en la primera edición de sus obras. Ella los envió a su editor en Sevilla sin aspavientos, y él los publicó con las debidas licencias eclesiásticas y del rey. Sor Juana, probablemente, los “consideraba, dentro de su programa vital de emulación literaria, como muestras de su capacidad para acometer todos los géneros en boga, aun los más arriesgados”.
Parece que la censura lo entendió así, porque el Calificador del Santo Oficio de la Inquisición (contra lo que imaginamos de aquellos tiempos) dice “que habiendo leído con singular atención cuanto en este volumen se contiene, nada he hallado que corregir [...] Ni en un ápice ofende, ni la verdad de la religión católica, ni la pureza de las costumbres más santas. Mucho sí que aprender, muchísimo que admirar; conque dejando el oficio de censor, tomara gustoso el de panegirista”...
Sor Juana se midió con los mejores poetas del Siglo de Oro, no solo Quevedo. José Gaos (En torno a la filosofía mexicana) la señala como figura precursora de los humanistas mexicanos “que dieron al siglo XVIII su esplendor: ser religiosos, afán de saber enciclopédico, saber de la ciencia moderna, interés por saber de las cosas naturales y humanas del país y por el progreso y emparejamiento de éste con Europa en los dominios de la cultura”. Sor Juana mostró que el emparejamiento era posible.
Pero Gaos, Paz y Alatorre olvidan a San Jerónimo, un letrado polémico y lenguaraz que creía en la inteligencia de las mujeres. Gracias a él, Sor Juana se sintió legitimada, como retoño de una familia espiritual que la ennoblecía. Su ancestro espiritual era un lector voraz, escribía maravillosamente y no tenía pelos en la lengua.
Juana intentó ser carmelita, pero esa regla tan pesada fue superior a sus fuerzas. ¿Por qué carmelita? Joaquín Antonio Peñalosa hace una buena hipótesis en Alrededores de Sor Juana Inés de la Cruz: a los diecinueve años de edad, Juana buscaba una figura tutelar para su doble vocación de soltera y escritora. Creyó encontrarla en Santa Teresa de Jesús, y, con el espíritu decidido de la reformadora, entró de novicia en la orden de las carmelitas descalzas. Pero los ayunos, penitencias y deberes la enfermaron. Renunció a los tres meses y, después de buscar tres meses más, se fue con las jerónimas para el resto de su vida. Había otros veinte conventos de monjas. ¿Por qué ese? Porque San Jerónimo fue un gran escritor, que creía en las bibliotecas y en la inteligencia femenina.
San Jerónimo creía que las mujeres tienen que hacer cosas más importantes que casarse. Promovió que se dedicaran al estudio, la contemplación y la oración, con tanto éxito que fue acusado de subversivo de la buena sociedad y líder de aristócratas rebeldonas. Su ejemplo era un apoyo frente a la pequeñez moral que no ve en la cultura más que vanidad y perdición. Era posible tener cultura y fe. Era posible ser mujer y letrada. Era legítimo tener una gran biblioteca y dedicarle mucho tiempo. San Jerónimo no quería ser sacerdote, y, cuando lo presionaron, aceptó, a condición de que no lo distrajeran de sus libros, con misas y esas cosas.
En el convento de las jerónimas, Sor Juana se encontró a sí misma. Tenía lo que Virginia Woolf llamó después Un cuarto propio (de hecho, un dúplex). En el “sosegado silencio de mis libros” vivió veintisiete años como una de las cristianas doctas apoyadas por San Jerónimo; contenta de que “debía por el estado eclesiástico profesar letras, y más siendo hija de un San Jerónimo y de una Santa Paula, que era degenerar de tan doctos padres, ser idiota hija” (Respuesta a Sor Filotea).
Santa Paula (347-404) fue una patricia romana, “santísima madre mía [...], docta en las lenguas hebrea, griega y latina, y aptísima para interpretar las Escrituras”, que fundó tres conventos para mujeres en Belén, bajo la dirección de San Jerónimo (c. 347-420). Este no fue romano ni patricio, sino un dálmata de familia acomodada, enviado a Roma para estudiar letras clásicas, de las cuales llegó a tener su propia biblioteca. Estudió especialmente el latín de Cicerón y empezó a escribir; pero frecuentaba las catacumbas con otros estudiantes y acabó bautizado. Terminó sus estudios y no supo qué hacer. Convivió con amigos cristianos que volvieron a sus tierras natales (él no quiso volver a la suya); y, finalmente, cargando siempre con su biblioteca, de la que no se separaba, peregrinó a Tierra Santa. En Jerusalén cayó enfermo y tuvo una pesadilla en la cual lo azotaban por ser más ciceroniano que cristiano: por no estudiar la Biblia como estudiaba a los clásicos griegos y latinos. Así que se fue a estudiar la Biblia y el hebreo para leer el Antiguo Testamento en su lengua original, en una ermita del desierto.
Tanto su retiro (leyendo, haciendo penitencia) como la flagelación que soñó han sido tema de cuadros famosos (pueden verse en Google Images). Y hay una anécdota sobre el ingenio burlesco de Quevedo cuando admiraba uno de estos cuadros, invitado por el rey con otros cortesanos. Su detestado Juan Pérez de Montalbán quiso lucirse improvisando una quintilla alusiva:

Los ángeles a porfía
al santo azotes le dan
porque a Cicerón leía...

Y Quevedo lo interrumpe con un cierre inesperado:

¡Cuerpo de Dios! ¡Qué sería
si leyera a Montalbán!

Jerónimo abandonó su vida solitaria porque hasta el desierto iban a buscarlo las disputas teológicas que lo acosaban para que tomara partido. Estuvo en Constantinopla, donde fue discípulo de San Gregorio Nacianceno, estudió la patrística griega y se entusiasmó con el rigor ascético, crítico y textual de Orígenes. Sus conocimientos del griego, latín y hebreo fueron aprovechados en el Primer Concilio de Constantinopla (381), que intentó superar controversias sobre el credo. El papa Dámaso lo retuvo como secretario para asuntos griegos, lo llevó a Roma y le encargó la preparación de una Biblia completa en latín, porque no existía. Había libros sueltos traducidos (no siempre de la lengua original), pero no una edición completa.
Dedicó a esta obra veintidós años (383-405), decidiendo los libros que deberían entrar y el original preferible, retocando algunas traducciones latinas ya existentes y haciendo traducciones nuevas de todo lo demás. Su obra se volvió canónica. Es la famosa Vulgata que, un milenio después, Gutenberg divulgó más que nunca y el Concilio de Trento (1545-1563) declaró oficial. Fue el primer libro impreso con caracteres móviles, el primer bestseller y un ejemplo de belleza tipográfica. Aunque la Vulgata fue escrita en la periferia del Imperio, de su latín admirable se ha dicho que es el último clásico romano (Roberto Heredia Correa, San Jerónimo: Ascetismo y filología). Así como de Sor Juana, aunque escribió en la periferia, se dice que es el broche de oro del Siglo de Oro español.
Hubo en el siglo IV en Roma un grupo de patricias notables por su posición social, su inteligencia y sus deseos de perfección cristiana. Habían tenido noticias de los primeros ermitaños (un movimiento de laicos radicales surgido en Tierra Santa contra el integrismo del cristianismo oficial); y habían admirado una célebre carta de Jerónimo a su amigo Heliodoro, invitándolo al desierto. Es una carta radical, contra los peligros de la familia, de la patria y hasta de los cargos eclesiásticos (Heliodoro iba para obispo, y llegó a serlo): no es mejor ser obispo que ser perfecto. “Y no querer ser perfecto es un delito.”
Santa Marcela (325-410), viuda joven como Paula, había optado por vivir en su palacio del Aventino como en una ermita, dedicada a la oración y el estudio. Esto escandalizó a la aristocracia romana, y aun a sus familiares,  que la despojaron de otras propiedades cuando vieron que  rechazaba a sus pretendientes y vivía ascéticamente. Paula y otras patricias la visitaban, y con ellas formó un círculo de estudios bíblicos, que llevaba años de reunirse cuando el famoso Jerónimo llegó de vuelta a Roma. Marcela decidió reclutarlo como director espiritual y de estudios, cosa que aceptó encantado, porque le hacían preguntas muy inteligentes, que lo obligaban a investigar y reflexionar. La correspondencia con ellas muestra el nivel intelectual que tenían (San Jerónimo, Epistolario, edición bilingüe de Juan Bautista Valero para la Biblioteca de Autores Cristianos).
Jerónimo las animó a estudiar hebreo, no solo griego, y llegó a respetarlas muchísimo. “Yo no hago ninguna diferencia entre las santas mujeres [...], los hombres santos y los príncipes de la Iglesia” (carta a Principia). Naturalmente, se dijo que estaba echándolas a perder, porque las animaba a perfeccionarse, en vez de casarse (había el temor de que la aristocracia romana desapareciera, si no se reproducía); y más aún cuando Blesila, hija de Paula, murió supuestamente por los ayunos excesivos. En este clima adverso (exacerbado por su espíritu combativo) tuvo como defensa la protección del papa; pero la perdió a los tres años de haber llegado a  Roma, porque Dámaso murió. Aunque era considerado papable, y quizá precisamente por eso, los ataques arreciaron. Prudentemente, se fue a Belén a continuar su obra, donde vivió hasta su muerte, protegido por Paula, que lo acompañó, fundó conventos, secundaba sus trabajos filológicos y financiaba todo.
Marcela se quedó en Roma, hasta que llegaron los godos, saquearon la ciudad y (creyendo que escondía dinero y joyas) la torturaron, de lo cual murió a los 85 años. En su elogio póstumo (carta a Principia), dice San Jerónimo: “De sus virtudes, de su ingenio, de su santidad, de la pureza que descubrí en ella, me da apuro hablar, por miedo a exceder los límites de lo creíble y por no aumentar tu dolor con el recuerdo del bien que has perdido. Únicamente diré que todo lo que yo había cosechado tras largo estudio, lo que había convertido como en una especie de segunda naturaleza tras prolongada meditación, ella lo absorbió con avidez, lo aprendió y lo hizo suyo de tal forma que, después de mi partida, cuando surgía una discusión sobre algún texto de las Escrituras, se acudía a ella como a árbitro.”
No solo eso. De Marcela aceptaba los regaños, cuando arrastrado por sus inclinaciones polémicas y satíricas escribía cosas despiadadas. Marcela le llevaba quince o veinte años, era prudente y estaba acostumbrada a mandar. Alguna vez, con burla afectuosa, Jerónimo le dijo en griego: mi ergodioktes (mi capataz).
David S. Wiesen (St. Jerome as a satirist) identifica  numerosos pasajes de la prosa de Jerónimo donde pueden observarse maneras y hasta frases de Horacio, Persio, Juvenal y otros poetas satíricos latinos, esgrimidas con malevolencia poco santa. Frente a esta contradicción fundamental, resulta menor, pero significativa, la contradicción de que el admirador y apoyo de tantas mujeres no evitara la retórica misógina tradicional. Así también Sor Juana, que escribió contra los “hombres necios”, no tuvo inconveniente en hacer escarnio de la supuesta “Teresilla”. ~
Fuente:http://www.letraslibres.com/revista/convivio/lo-jeronimo-en-sor-juana?page=full

3 de febrero de 2013

Las escritoras toman la Biblioteca



13 de enero de 2013

Hermana Poeta por Craig + Weiks








Hermana Poeta por Craig + Weiks

Hermana Poeta es un anillo de dos dedos con la imagen de Juana Inés de la Cruz, uno de los escritores más famosos de México. Hermana Poeta es un anillo único en su clase - usted no verá otro anillo como en cualquier lugar. Hecho en los Estados Unidos con plata reciclada, una éticamente rubí, oro y moneda por los diseñadores extraordinarios Craig + Weiks.
Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) fue una monja mexicana conocida por su conocimiento extraordinario de las artes y las ciencias de su tiempo, su dedicación a la investigación científica y la poesía lírica. Era un erudito autodidacta y poeta de la Nueva España y que escribió y leyó sin descanso, a menudo desafiando los valores sociales.México anuncia Juana Inés de la Cruz como uno de los escritores más destacados de América Latina a partir del período colonial.
Gabriel Craig y Amy Weiks son una pareja de artistas con sede en Detroit que han colaborado en la producción de joyas de arte uno-de-uno-bueno y limitada desde 2007.Craig es un reconocido nacionalmente orfebre, escritor y activista de arte que ha expuesto su trabajo en el estudio a nivel nacional y contribuyó con su escritura crítica a las publicaciones artesanales diversos, incluyendo  Metalsmith  y  American Craft revistas. Amy Weiks es un artista con un enfoque interdisciplinario para la práctica trabajos de estudio, tirando de su diversa experiencia en la fotografía, el grabado, la orfebrería y la artesanía locales. Su trabajo también ha sido expuesta en los Estados Unidos, y ha aparecido en numerosas publicaciones, incluyendo  500 Pendientes: ¿nuevas direcciones en Joyería Contemporánea  por Lark Books, y  Metalsmith  revista Exhibition in Print.

Fuente: https://www.niccolobella.com/rings/single/20

12 de enero de 2013

La Cocina, por Maxence Pagnoud





"La cocina, obra de Maxence Pagnoud donde él retrata a quien considera la primera intelectual femenina de occidente Sor Juana Inés de la Cruz" -  en http://goaldesmeralda.blogspot.mx/2008/07/maxence-pagnoud-la-cocina-pintura.html



Más acerca del autor:


Trae Maxence Pagnoud a México sus “Trazos y andanzas por la historia”

Con técnica vanguardista, un toque de surrealismo, pop art y cierta influencia estética del cómic o la historieta, el artista francés Maxence Pagnoud, comprime paisajes y personajes históricos mexicanos de manera lúdica, en la exposición plástica “Trazos y andanzas por la historia”.
La muestra, que será inaugurada esta noche y permanecerá abierta al público hasta el 5 de junio en el Museo Casa de León Trotsky, es organizada por la Secretaría de Cultura capitalina, con la participación de la Alianza Francesa de México, en coordinación con el Enlace Cultural Villa-Zapata y Fresno Espacio de Contracultura.
Son alrededor de 20 obras que representan a varios personajes de la historia de México, llenas de color, capas de pintura gruesa, con un toque delineando cada forma y figura.
En algunos de sus cuadros, Pagnoud, inserta viñetas que hablan del ser y sentir del mexicano, para darle ese trasfondo histórico, con la finalidad de provocar ese diálogo permanente entre presente y pasado.
En opinión del historiador Raymundo Alva Zavala, a través de un comunicado del citado museo, esta exposición “le permitió crear y plasmar la independencia y revolución de nuestro país”.
“Su trabajo y sus obras, tienen como eje fundamental la visión sobre el comportamiento humano. Puede decirse que su estilo, al momento de plasmar sobre el lienzo, es humanista, creativo, poco convencional y fiel a sus propias convicciones del humanismo”, añadió.
“Después de cumplir este objetivo y logro con la Historia de México, según su propia visión, su pincel comenzó a ser más juguetón, lúdico y divertido, permitiéndose la libertad de plasmar con mayor precisión, cada muestra pictórica: a cada personaje le dio vida, lo bajó de los pedestales y se volvieron más humanos, más reales”, añadió Alva.
El artista, quien reside en México desde hace siete años, “tiene la fijación de provocar el interés por la historia entre un público interlocutor, capaz de decodificar los símbolos cubiertos de saber histórico. Sabe que todo pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”, acotó Alva.
“Cada uno de los cuadros del autor tiene una vocación historiográfica, a través de parpadeos y muecas nos abre una ventana para ver lo que realmente somos…, subrayó.
Sin embargo, es una visión fragmentada (como todas), que viene desde el punto de vista de un extranjero, que se ha documentado sobre nuestras raíces, y que aún no ha perdido su capacidad de asombro ante nuestra cotidianeidad pasada, como él mismo lo asevera el “pasado empieza mañana”, afirmó el especialista.
Maxence Ambroise Pagnoud nació en Francia en 1967. Originario del campo.
Tiene estudios profesionales en el área de la industria gráfica. Su experiencia profesional ha sido variada en diferentes áreas. Colaboró como asistente responsable de la compañía transnacional Phillips, en Francia.
Formó parte del equipo de las carreras automovilísticas y desempeñándose como asistente de logística y director de restaurante. En los últimos años , desarrolló su potencial como anticuario y pintor. Realizar esta labor lo llevó a viajar por el mundo, que con el tiempo plasmaría como artista plástico.
En el año del 2001 comenzó su primera exposición, en “Le Mans”. Realizó más de 30 muestras en el 2003, en provincias de Francia.
Durante el foro llamado del “Joven Artista”, realizado en la ciudad de Angers, decidió cambiar su formato y estilo de pintura. Eligió trabajar en grandes formatos para plasmar los conceptos sociales y cotidianos, convirtiéndose, así en un observador y testigo, en acción de todo esto, para crear su propia visión.
En 2004 decidió trasladarse a México, atraído por el movimiento muralista y su cultura, a fin de conocer, comprender y dedicar tiempo al estudio de la historia.
Su obra se ha expuesto en estos últimos años no sólo en su país natal, sino también en algunos museos y centros culturales del Distrito Federal y del interior de la República Mexicana.
Fuente del artículo: http://www.publimetro.com.mx/entretenimiento/trae-maxence-pagnoud-a-mexico-sus-trazos-y-andanzas-por-la-historia/nkee!BEReVGPg3Ridgk4VpCa6g/
Fecha de consulta: Enero, 12. 2013

17 de noviembre de 2012

Descarga, Revista Tema y Variaciones de Literatura: Homenaje a Sor Juana






REVISTA COMPLETA EN VERSIÓN ELECTRÓNICA.

CONTENIDO


Presentación / Antonio Marquet,
José Amezcua: semejante a sí mismo / Ignacio Díaz Ruiz
El exordio de nunca acabar: semblanza del Dr. José Amezcua / Evodio Escalante
La guerra de las finezas. La otra respuesta a Sor Filotea en un manuscrito inédito de 1691 / Elías Trabulse
Las monjas se inconforman. Los bienes de Sor Juana en el espolio del Arzobispo Francisco de Aguilar y Seijas / Antonio Rubial García
Sor Juana Inés de la Cruz hace 10 años / Marie-Cécile Bénassy-Berling
Blanco, negro, rojo: semiosis racial en los villancicos de Sor Juana Inés de la Cruz / Georgina Sabat de Rivers
Las Loas cortesanas de Sor Juana o la metáfora de la adulación / María Dolores Bravo Arriaga
Sor Juana y el que no se atreve a decir su nombre / Enrique López Aguilar
“Óyeme con los ojos”: retratos y autorretratos de Sor Juana Inés de la Cruz. Siglos XVII-XVIII / Michael Karl Schuessler
Mito petrarquista y transformación criolla en un romance de Sor Juana Inés de la Cruz / Lisa M. Rabin
La coartada trascendente: un romance sacro de Sor Juana / José Francisco Conde Ortega
De las delicias interiores [espectáculo de teatro en atril] / Margarita Villaseñor
Los estudios sor juanistas en el ámbito de los países germanoparlantes desde 1930 hasta 1985 / Heinrich Merkl
Ludwig Pfandl y Sor Juana / Antonio Marquet
Sor Juana y Sor Serafina en la boca del lobo / Sara Poot Herrera
Notas bibliográficas


Revista: Tema y Variaciones de Literatura No. 7, 1996
Véase en:  http://cosei.azc.uam.mx/temayvariaciones7.php

7 de noviembre de 2012

“Óyeme con los Ojos. De Sor Juana al Siglo XXI”, de Patricia Rosas Lopátegui

Miércoles, 06 de Abril de 2011

Los tomos presentan en la portada un retrato de Juana de Asbaje a los 15 años, antes de ser monja.
Patricia Rosas Lopátegui destaca lo mejor de la literatura femenina y pide romper con los viejos cánones patriarcales
Mientras la lectura de mujeres escritoras no se haga obligatoria en las escuelas y en las universidades, la literatura femenina seguirá relegada a un segundo plano, comentó Patricia Rosas Lopátegui durante la presentación de su libro “Óyeme con los Ojos.De Sor Juana al Siglo XXI”.
Rosas estuvo recientemente en la Casa del Libro Universitario de la UANL en Monterrey, donde subrayó que las mujeres en México todavía viven bajo un sistema patriarcal que no deja desarrollar su intelecto y su vida profesional al máximo.
“A pesar de que las mujeres ya estudian y trabajan, no pueden romper del todo con lo establecido, ya que de esa forma no serían aceptadas por la mayoría de los hombres”, explicó.

30 de septiembre de 2012

Discrepancias sobre el silencio de Sor Juana



sor juana.jpg

20 de julio de 2012

17 de julio de 2012

Sor Juana y su libro de cocina

Por: Guadalupe Pérez San Vicente

Debieron pasar cerca de 300 años, después de su fallecimiento (en 1695), para que pudiésemos disfrutar de este libro, cuya selección y transcripción fueron hechas por Sor Juana Inés de la Cruz, gloria del talento novohispano.

La literatura barroca en la Nueva España

Por: México Desconocido

Sor Juana Inés: El saber del sabor

"Sor Juana en la cocina", óleo del Maestro mexicano Efrén Ordóñez (1927-2011).
Fuente: http://www.marjorieross.com/2011/11/12/una-musa-en-la-cocina/

LA ESCRITORA JUANA INÉS DE LA CRUZ Y UN NUEVO FEMINISMO ENSEÑAN OTRO MODO DE IMAGINAR LA COMIDA

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